Los niños, niñas y adolescentes están creciendo en una sociedad marcada por el uso intensivo de los dispositivos digitales e Internet, donde el entorno físico y el virtual se entremezclan de un modo continuo.
Los dispositivos digitales comienzan a utilizarse a edades cada vez más tempranas causando, en su uso excesivo, dificultades en la socialización primaria y en el acceso a la lecto-escritura. A su vez, plantean desafíos para los padres/madres/cuidadores que tienen dificultades para regular su uso. Si bien los dispositivos pueden brindar valiosas herramientas pedagógicas y recreativas, también implican riesgos asociados que merecen ser tenidos en cuenta.
Los niños, niñas y adolescentes rápidamente aprenden los beneficios de los dispositivos, y confían en su criterio y habilidades para utilizarlos. Sin embargo, resulta habitual que esta confianza se convierta en una falsa sensación de seguridad que les hace considerar los riesgos como fácilmente evitables. En cambio, muchos de los padres/madres/cuidadore/as se sienten superados por el rápido avance del entorno digital, y se muestran inseguros a la hora de mediar en la educación y protección de niños, niñas y adolescentes en lo relativo al uso de los dispositivos digitales y de Internet.
El surgimiento de bibliografía especializada que relaciona el uso abusivo de pantallas en la infancia y el inicio en la adolescencia temprana del consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas requiere pensar e implementar estrategias preventivas integrales, integradas e integradoras que promuevan hábitos de vida saludable. En este sentido, contar con información basada en evidencia que no niegue la existencia de situaciones de consumo, sino que las incluya dentro del contexto sociocultural actual, facilita la posibilidad de asumir una posición de responsabilidad frente a las decisiones y posiciones que se toman frente a potenciales contextos de consumo.
La adolescencia es de por sí una etapa de experimentación, de desborde, y, luego de la infancia, es el segundo momento de estructuración subjetiva. Cada persona debe transitar las vivencias de la época que le toca vivir y en ocasiones los/as adultos/as tenemos dificultades para poder acompañar y lidiar con ese pasaje tan complejo que supone la adolescencia.
Trabajar desde estrategias de prevención participativa implica hablar con claridad y sin tabúes. Es necesario tener una perspectiva de escucha y respeto, que contemple la diversidad de género y evitar construir estereotipos de los/las adolescentes que diluyan la singularidad que cada quien porta con su historia personal. Se busca generar factores de protección y una adecuada percepción de riesgo a partir de favorecer una lectura crítica de las formas actuales del lazo social.
El ámbito escolar, al ser el lugar de sociabilidad por excelencia en esta etapa de la vida, se encuentra atravesado por problemáticas contemporáneas que es necesario atender, tales como el uso de pantallas, redes e Internet, y también el consumo de alcohol y diversas sustancias psicoactivas. Esta situación supone una tensión para toda la comunidad educativa y requiere diversas herramientas para poder elaborar las dificultades que presentan.
Para tal fin, es necesario trabajar y darle lugar al entramado particular de las relaciones sociales que se producen en la adolescencia, atravesada hoy día por una creciente digitalización de los vínculos. Las redes sociales provocan modificaciones en las formas de relación y afectan en distintos niveles la esfera de la intimidad, los deseos singulares y los ideales que promueve la sociedad.
En este contexto es fundamental comprender que los adolescentes están creciendo en una sociedad marcada por el uso intensivo de los dispositivos digitales e Internet, donde el entorno físico y el virtual se entremezclan de un modo continuo.
En este contexto, una problemática emergente se relaciona con el incremento de las apuestas deportivas online, que impactan mayormente en los jóvenes, quienes son más vulnerables a las adicciones digitales, ya que satisfacen distintas necesidades sociales a través de las aplicaciones y redes sociales de su teléfono.
Este crecimiento se debe en gran medida a dos factores: primero, la irrupción de las ya mencionadas nuevas tecnologías, dado que Internet eliminó las barreras geográficas y permitió la posibilidad de ampliar el mercado de potenciales usuarios/as a un público más joven y familiarizado con las TIC. El segundo factor se relaciona con la publicidad invasiva que, en lo relativo al juego de apuestas online, es un flujo constante que facilita la accesibilidad y la disponibilidad inmediata para realizar todo tipo de apuestas, aunque en la mayoría de los casos se trata de apuestas deportivas.
De este modo, las apuestas online pueden volverse rápidamente un problema cuando pasan de ser una actividad recreativa y se transforman en juego patológico, apoyadas en la ilusión de que permiten ganar dinero rápido y fácil. La publicidad refuerza la idea, en la representación de los apostadores, que jugando pequeñas sumas de dinero podrán obtener grandes ganancias.
Las estrategias de prevención participativa tienen como objetivo central la promoción de la salud en todos sus aspectos. Es un proceso formativo que pone el énfasis en la prevención de los efectos negativos tanto del uso de pantallas (teléfonos, tablets y gaiming) como del consumo de sustancias psicoactivas (legales e ilegales), la educación para la salud, el desarrollo de las habilidades psicosociales y el desarrollo de los recursos personales para el fortalecimiento de la construcción de ciudadanía responsable y la integración social.
Brindar información clara y precisa acerca de las consecuencias del uso excesivo de pantallas, consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas, su uso, abuso y consumo problemático, para sensibilizar a los participantes de los talleres acerca de estas problemáticas actuales que atraviesan todo el arco etario y socio-cultural de nuestra sociedad.
Facilitar las herramientas que guíen a los padres/madres/cuidadores/as en el buen uso de los dispositivos digitales, tales como el uso compartido, el uso supervisado y los controles parentales, como así también indicaciones que los/as ayude a facilitar una comunicación asertiva con sus hijos/as acerca de los riesgos que conlleva el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas.
En definitiva trabajar a partir de la modalidad de taller, favoreciendo el intercambio y la participación activa de los asistentes. Trabajando con los saberes previos puestos en tensión, buscando responder a inquietudes particulares, derribar mitos y brindar información y datos basados en la evidencia.